Para compartir

Por si los que quieran asomarse de vez en cuando a mi página quieren compartir algunos pensamientos, frases o textos que he leído o me han enviado, los adjunto a continuación con algunas de las fotografías que más me gustan, como la de la playa en invierno, o la de mi camino favorito, "El camino de los duendes", haciendo una de mis actividades preferidas, el senderismo, por lugares maravillosos, mientras me permito reflexionar sobre esas palabras escritas que a veces pueden ayudarnos a encontrarnos a nosotros mismos y a seguir un camino quizás no establecido, pero en el que sabemos que podemos encontrar un día el verdadero sentido a nuestra vida y a superar momentos difíciles.

"SI LA REALIDAD ES GRIS, YO LA PINTO VERDE" (Gloria Fuertes)

"LA VIDA NO VA ENVUELTA CON UN LAZO, PERO AUN ASí ES UN GRAN REGALO". (Autor desconocido)

Y ahora algunas notas de un libro que me parece fantástico: "Reinventarse, tu segunda oportunidad" del Dr. Mario Alonso Puig, editado por Plataforma Editorial, que recomiendo para todo el mundo. Desde aquí mi felicitación al autor.

"La ansiedad es un estado de inquietud curioso porque empezamos a sufrir en el presente por algo que ni siquiera sabemos con certeza que se va a manifestar en el futuro".

"El cambio personal no es un asunto de conocimientos o erudición, sino de motivación, ya que sólo las personas que se sienten verdaderamente motivadas, harán el esfuerzo necesario para hacer aflorar lo que permanece oculto e inexplorado en su interior".

"Si quiere reinventarse, enfóquese en lo que quiere y no en lo que teme". "Debajo de sus miedos más profundos, no existe una incapacidad real para enfrentarse a ellos, sino la convicción de que usted es incapaz". " ...De la misma manera, una serie de cosas que serían posibles para nosotros, si actualizáramos nuestro potencial, no lo son porque no entran dentro de lo que es sensato y razonable desde la perspectiva de nuestra identidad. Sin embargo, lo que no es sensato ni razonable desde la perspectiva del gusano, algo que es la posibilidad de volar, sí es perfectamente razonable desde la perspectiva de la mariposa. Dicho de otra manera, cada identidad tiene una perspectiva única desde la que contempla todo y no se puede alcanzar otra perspectiva hasta que no se esté dispuesto a trascender la propia identidad, a descubrir que no somos seres rígidos con un papel fijo y determinado en la vida, sino que somos criaturas capaces de expresar una creatividad asombrosa. En esto consiste el hecho de descubrir nuestra propia magia. En la vida, cuando algo nos importa de verdad y sentimos el miedo al vacío, hemos de confiar en que, cuando demos un paso adelante, a pesar de nuestro miedo, comenzarán a desplegarse nuestras alas".

Y a continuación adjunto un cuento precioso sobre LA SERENIDAD perteneciente también al libro del que estoy hablando y recomendando:

El soberano de un gran reino se encontraba ya en una avanzada edad y quería asegurarse de que, antes de abandonar el mundo, le transmitía a su hijo una importante lección. A lo largo de las épocas más difíciles de su reinado, aquello había sido clave para mantenerse firme y conseguir que finalmente reinara en su país la paz y la armonía. Por alguna razón, el joven príncipe no acababa de entender lo que su padre le decía.
-Sí, padre, comprendo que para ti es muy importante el equilibrio, pero creo que es más importante la astucia y el poder.
Un día, cuando el rey cabalgaba con su corcel, tuvo una gran idea.
-Tal vez mi hijo necesita no que yo se lo repita más veces, sino verlo representado de alguna manera.
Llevado por un lógico entusiasmo, convocó a las personas más importantes de su corte en el salón principal del palacio.
-Quiero que se convoque un concurso de pintura, el más grande e importante que se haya nunca creado. Los pregoneros han de hacer saber en todos los lugares del mundo que se dará una extraordinaria recompensa al ganador del concurso.
-Majestad -preguntó uno de los nobles- ¿cuál es el tema del concurso?
-El tema es la serenidad, el equilibrio. Sólo una orden os doy -dijo el rey- bajo ningún concepto rechazaréis ninguna obra, por extraña que os parezca o por disgusto que os cause.
Aquellos nobles se alejaron sin entender muy bien la sorprendente instrucción que el rey les había dado.
De todos los lugares del mundo conocido acudieron maravillosos cuadros. Algunos de ellos mostraban mares en calma, otros cielos despejados en los que una bandada de pájaros planeaba creando una sensación de calma, paz y serenidad. Los nobles estaban entusiasmados ante cuadros tan bellos.
-Sin duda, su majestad el rey va a tener muy difícil elegir el cuadro ganador entre obras tan magníficas.
De repente, ante el asombro de todos, apareció un cuadro extrañísimo. Pintado con tonos oscuros y con escasa luminosidad, reflejaba un mar revuelto en plena tempestad en el que enormes olas golpeaban con violencia las rocas oscuras de un acantilado. El cielo aparecía cubierto de enormes y oscuros nubarrones. Los nobles se miraron unos a otros sin salir de su incredulidad y de pronto irrumpieron en burlas y carcajadas.
-Sólo un demente podría haber acudido a un concurso sobre la serenidad con un cuadro como éste.
Estaban a punto de arrojarlo fuera de aquella sala cuando uno de los nobles se interpuso diciendo:
-Tenemos una orden del rey que no podemos desobedecer. Nos dijo que no se podía rechazar ningún cuadro por extraño que fuese. Aunque no hayamos entendido esta orden, procede de nuestro soberano y no podemos ignorarla.
-Está bien -dijo otro de los nobles-, pero poned este cuadro en aquel rincón, donde apenas se vea.
Llegó el día en el que su majestad el rey tenía que decidir cuál era el cuadro ganador. Al llegar al salón de la exposición, su cara reflejaba un enorme júbilo y, sin embargo, a medida que iba viendo las distintas obras su rostro transmitía una creciente decepción.
-Majestad, ¿es que no os satisface ninguna de estas obras?- preguntó uno de los nobles.
-Sí, si son muy hermosos, de eso no cabe duda, pero hay algo que les falta a todas.
El rey había llegado al final de la exposición sin encontrar lo que tanto buscaba cuando, de repente, se fijó en un cuadro que asomaba en un rincón.
-¿Qué es lo que hay allí que apenas se ve?
-Es otro cuadro majestad.
-¿Y por qué lo habéis colocado en un lugar tan apartado?
-Majestad, es un cuadro pintado por un demente, nosotros lo habríamos rechazado, pero siguiendo vuestras órdenes de aceptar todos los que llegaran, hemos decidido colocarlo en un rincón para que no empañe la belleza del conjunto.El rey, que tenía una curiosidad natural, se acercó a ver aquel extraño cuadro, que, en efecto, resultaba difícil de entender. Entonces hizo algo que ninguno de los miembros de la corte había hecho y que era acercarse más y fijarse bien. Fue entonces cuando súbitamente, todo su rostro se iluminó y, alzando la voz, declaró:
-Éste, éste es, sin duda, el cuadro ganador.
Los nobles se miraron unos a otros pensando que el rey había perdido la cabeza. Uno de ellos, tímidamente, le preguntó:
-Majestad, nunca hemos discutido vuestros dictámenes, pero ¿qué veis en ese cuadro para que lo declaréis ganador?
-No lo habéis visto bien, acercaos.
Cuando los nobles se acercaron, el rey les mostró algo entre las rocas. Era un pequeño nido donde había un pajarito recién nacido. La madre le daba de comer, completamente ajena a la tormenta que estaba teniendo lugar.
El rey les explicó qué era lo que tanto ansiaba transmitir a su hijo el príncipe.-La serenidad no surge de vivir en las circunstancias ideales como reflejan los otros cuadros con sus mares en calma y sus cielos despejados. La serenidad es la capacidad de mantener centrada tu atención, en medio de la dificultad, en aquello que para ti es una prioridad.

Y ahora, algunos poemas que espero que también emocionen a quienes los lean.

Si pudiera vivir nuevamente mi vida,
en la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido,
de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.
Correría más riesgos,
haría más viajes,
contemplaría más atardeceres,
subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares adonde nunca he ido,
comería más helados y menos habas,
tendría más problemas reales y menos imaginarios.

Yo fui una de esas personas que vivió sensata
y prolíficamente cada minuto de su vida;
claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás trataría
de tener solamente buenos momentos.

Por si no lo saben, de eso está hecha la vida,
sólo de momentos; no te pierdas el ahora.

Yo era uno de esos que nunca
iban a ninguna parte sin un termómetro,
una bolsa de agua caliente,
un paraguas y un paracaídas;
si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.

Si pudiera volver a vivir
comenzaría a andar descalzo a principios
de la primavera
y seguiría descalzo hasta concluir el otoño.
Daría más vueltas en calesita,
contemplaría más amaneceres,
y jugaría con más niños,
si tuviera otra vez vida por delante.

Pero ya ven, tengo 85 años...
y sé que me estoy muriendo.

(Aunque es un poema atribuido a Jorge Luis Borges, en realidad su autor sería Ron Herold o Nadine Stair) En cualquier caso, es un buen texto para reflexionar sobre la vida y el tiempo.

Y el poema que viene a continuación lo escribió Hamlet Lima Quintana, poeta argentino que murió en el 2002, y que puede considerarse afortunado si encontró -que estoy segura que sí lo hizo- a gente como la que describe en su poema:

Hay gente que con sólo decir una palabra
enciende la ilusión y los rosales;
que son sólo sonreír entre los ojos
nos invita a viajar por otras zonas,
nos hace recorrer toda la magia.
Hay gente que con sólo dar la mano
rompe la soledad, pone la mesa,
sirve el puchero, coloca las guirnaldas,
que con sólo empuñar una guitarra
hace una sinfonía de entrecasa.
Hay gente que con sólo abrir la boca
llega a todos los límites del alma,
alimenta una flor, inventa sueños,
hace cantar el vino en las tinajas
y se queda después, como si nada.
y uno se va de novio con la vida
desterrando una muerte solitaria
pues sabe que a la vuelta de la esquina
hay gente que es así, tan necesaria.
Hamlet Lima Quintana.

¿Y Quién puede decir que no es importante aprender todo lo que dice el siguiente poema? Hay múltiples versiones, ésta es una de ellas.

Después de un tiempo,
uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano y encadenar un alma,
y uno aprende que el amor no significa compartir un lecho
y una compañía no significa seguridad,
y uno empieza a aprender
que los besos no son contratos y los regalos no son promesas,
y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta
y los ojos abiertos,
y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno del mañana es demasiado inseguro para planes...
y el futuro sólo lo podemos construir nosotros mismos.
Y después de un tiempo uno aprende que
las personas especiales sólo se encuentran una vez en la vida,
así que uno busca los momentos inolvidables
y decora su propia alma, en lugar
de esperar a que alguien le traiga flores
y le allane los caminos.
Y uno aprende que realmente puede aguantar,
que uno realmente es fuerte,
que uno realmente vale,
que uno puede luchar por lo que desea,
y uno aprende y aprende...
Y con cada adiós uno aprende.
Anónimo.

Compañera. - (Mario Benedetti)

Compañera, usted sabe
que puede contar conmigo.
Si algunas veces advierte
que la miro a los ojos,
y una veta de amor
reconoce en los míos,
no alerte sus fusiles
ni piense que deliro;
a pesar de la veta,
o tal vez porque existe,
usted puede contar conmigo.
Si otras veces
me encuentra huraño sin motivo,
no piense que es flojera
igual puede contar conmigo.
Pero hagamos un trato:
yo quisiera contar con usted,
es tan lindo
saber que usted existe,
uno se siente vivo;
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos,
aunque sea hasta cinco.
No ya para que acuda
presurosa en mi auxilio,
sino para saber a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.

Dime por favor (Jorge Luis Borges)

Dime por favor dónde estás,
en qué rincón no puedo verte,
dónde puedo dormir sin recordarte y
dónde recordar sin que me duela.
Dime por favor dónde pueda caminar
sin ver tus huellas.
Dónde puedo correr sin recordarte
y dónde descansar con mi tristeza.
Dime por favor cuál es el cielo
que no tiene el calor de tu mirada
y cuál es el sol que tiene luz tan sólo
y no la sensación de que me llamas.
Dime por favor cuál es el rincón
en el que no dejaste tu presencia.
Dime por favor cuál es el hueco de mi almohada
que no tiene escondidos tus recuerdos.
Dime por favor cuál es la noche en que no vendrás
para velar mis sueños...
Que no puedo vivir porque te extraño
y no puedo morir porque te quiero.

Consejo.

Aprende a estar tan sola que hasta tu sombra misma
apetezca librarse. Sé tú la compañera
de tus pasos, de modo que llegues a las cosas
siempre como el que llega de una tierra extranjera.
Aprende que el dolor sólo es de ti, la risa
sólo la tuya, testigos los dos de tu manera.
Para que la luz fluya clara de tu sonrisa,
desaloja el fingido sol que el mundo te presta.
Quédate con la nada que brote de tus manos,
quédate con lo poco o lo mucho que seas
en la noche tranquila de tus mejores gastos,
en la sombra amorosa que ahora se te revela.
¡Los otros!... Si los otros pudiera comprenderte,
si alguien pudiera hablarte por dentro y no por fuera,
si esos que ahora te llaman no estuvieran atentos
al sonido estruendoso de las falsas trompetas...
Llámate tú. Sé música de tu propio instrumento,
color de tu pintura, cincel en la madera
de tus sueños. Dibuja lo que quieras decirte,
escríbete tu historia, escúlpete en tu piedra.
Aprende a estar a solas. Bebe el agua en tu mano,
nadie te la ha de dar tan limpia ni tan fresca.
Lo que tomes del mundo con la ayuda de otros
no podrás admirarlo en la noche de las estrellas.
Pilar Paz Pasamar.

Y ahora, un poema de una de mis poetas favoritas, la escritora nicaragüense Gioconda Belli.

Sencillos deseos

Hoy quisiera tus dedos
escribiéndome historias en el pelo,
y quisiera besos en la espalda,
acurrucos,
que me dijeras
las más grandes verdades
o las más grandes mentiras,
que me dijeras por ejemplo
que soy la mujer más linda
que me querés mucho,
cosas así, tan sencillas, tan repetidas,
que me delinearas el rostro
y me quedaras viendo a los ojos
como si tu vida entera
dependiera de que los míos sonrieran
alborotando todas las gaviotas en la espuma.
Cosas quiero como que andes mi cuerpo
camino arbolado y oloroso,
que seas la primera lluvia del invierno
dejándote caer despacio
y luego en aguacero.
Cosas quiero, como una gran ola de ternura
deshaciéndome un ruido de caracol,
un cardumen de peces en la boca,
algo de eso frágil y desnudo,
como una flor a punto de entregarse
a la primera luz de la mañana,
o simplemente una semilla, un árbol,
un poco de hierba.

Y ahora, otro poema que conmueve, de una buenísima poeta madrileña, Amalia Bautista:

Al cabo

Al cabo, son muy pocas palabras
que de verdad nos duelen, y muy pocas
las que consiguen alegrar el alma.
Y son también muy pocas las personas
que mueven nuestro corazón, y menos
aún las que lo mueven mucho tiempo.
Al cabo, son poquísimas las cosas
que de verdad importan en la vida:
poder querer a alguien, que nos quieran
y no morir después que nuestros hijos.
Amalia Bautista, "Tres deseos" Editorial Renacimiento.